martes, 30 de noviembre de 2021

 No puedo decir que estoy pasando por un tiempo malo, porque estaría rechazando la divinidad de un Padre Creador universal que es el Amor en su máxima expresión.

Estoy en un tiempo de prueba de amor y aceptación, de aprendizaje, despertar espiritual y profundización de conciencia.
Los seres que nos aman y amamos, al trascender, nos dan con amor la oportunidad de entender que la muerte no existe (gran sorpresa para algunos), que su cuerpo físico falleció, pero que ellos están en el verdadero hogar, que ya hicieron el tránsito a ese lugar al que todos pertenecemos realmente y que todo prueba que viven felices y en planos maravillosos.
El mundo físico, el humano, es temporal, de pena y sufrimiento, pero es lo que "conocemos", estamos terriblemente materializados y apegados a él.
Sintiendo y sufriendo el dolor de nuestra "pérdida" ( en realidad no perdemos nada, porque nada nos pertenece), aprendemos más y mejor, perfeccionamos nuestra alma y espíritu y elevamos nuestra frecuencia, para llegar a dónde merecemos.
Aquí en la tierra nos experimentamos solos, cuando somos unidad. Experimentamos lo que no somos: envidia, egoísmo, soberbia, rencor, odio, enojo, cuando somos todo lo contrario: Amor.
Recordemos que Jesús dijo: "Hay muchas moradas en la casa de mi Padre", sin duda una de esas moradas es nuestra.
No somos víctimas de nadie, el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es temporal y opcional.
Gracias a Dios por su manifestación de amor en mi hijo, mi madre, mi padre y mi abuela, ellos han hecho de mi y por mí lo mejor. ❤️



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